El continente antártico es uno de los escasos confines del mundo donde todavía es posible ascender cimas nunca antes pisadas por el pie del hombre. Ese ha sido el objetivo de la expedición austriaca a la Tierra de la Reina Maud, en la Antártida, formada por Christoph Höbenreich, Paul Koller y Karl Pichler. La escalada y el esquí han sido los medios fundamentales de progresión de estos tres alpinistas que han llegado a once cimas vírgenes, además de otras cuatro emblemáticas ascensiones.
Christoph Höbenreich ha sido el líder de la expedición, desarrollada entre los meses de noviembre y diciembre. El tirolés Höbenreich es un veterano explorador polar, guía de montaña y de esquí de montaña, además de geógrafo. Paul Koller, también guía de montaña y de esquí de montaña, destaca por sus ascensiones a varios ochomiles (Everest, Gasherbrun II, Broad Peak), entre otras emblemáticas montañas. Karl Pichler, por su parte, es maestro y alpinista con experiencia básicamente en Alpes.
Los expedicionarios volaron primero desde Ciudad del Cabo (Suráfrica) hasta la base aérea rusa de Novo, ya sobre suelo antártico. Desde allí, fueron trasladados hasta el punto de partida de la aventura, cerca del campo base del Holtanna, una de las emblemáticas montañas de la zona.
El hilo conductor de la aventura austriaca se ha concretado en la denominada como “The Austrian Ski-Route”, que recorre espectaculares paisajes de hielo y roca. A lo largo del itinerario ascendieron hasta 15 picos de varias montañas y nunataks. Once de ellos, primeras ascensiones. Entre las montañas más relevantes, destacan las ascensiones a los picos Tungespissen (2.277 m), Mundlauga (2.455 m) y Sandneshatten (2.280 m).
Entre las primeras ascensiones, cabe reseñar la Aguja Tirolesa (2.201 m, IV), el Pico Austriaco (2.177 m), el Pico Alexey Turchin (2.232 m), el Joroba de Camello (2.184 m), el Monte Galileo (2.528 m) y Picos de la Solitud Silenciosa (2.550 m).
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