jueves, 12 de febrero de 2015

EL SONIDO DE LOS ICEBERG



    Llevar un registro de esos sonidos ayudaría a determinar la cantidad de hielo que se está perdiendo
Un equipo internacional de científicos asegura que escuchar el sonido de los icebergs podría ayudar a evaluar el grado de deshielo de los glaciares y el efecto que ésto tendría en el aumento global del nivel del mar.

De acuerdo con una investigación publicada este jueves en la revista especializada Goephysical Research Letters, los icebergs se originan de forma diferente y cada uno tiene su propia firma acústica cuando se desprenden.

 
Los investigadores de Estados Unidos, Polonia y Reino Unido sugieren que llevar un registro de esos sonidos ayudaría a determinar la cantidad de hielo que se está perdiendo y con ello analizar cuánto podría elevarse el nivel del mar.
 
"Con el uso de la acústica podemos obtener datos muy precisos, podemos recoger estos datos de forma continua simplemente colocando hidrófonos (micrófonos submarinos) bajo los icebergs", explica Oskar Glowacki, del Instituto de Geofísica de la Academia Polaca de Ciencias.
 
El informe refiere que los especialistas hicieron uso de esas herramientas bajo el hielo desprendido del glaciar Hans, cercano al archipiélago de Svalbard, Noruega.
 
Los sonidos capturados combinados con fotografías tomadas en cierto lapso de tiempo permitieron a los científicos determinar que el nacimiento de icebergs crea diferentes sonidos, pero en concreto identificaron tres firmas acústicas.
 
Los investigadores subrayan que con este hallazgo se puede conocer cómo se está "desmoronando" el hielo, pero escuchar los sonidos de manera constante contribuiría a determinar la etapa de ruptura, incluso si ésta tiene lugar bajo el agua.
 
Según el estudio, se puede determinar cuándo comienza un evento submarino debido al sonido que producen las grietas y fisuras, así como cuando van creciendo, lo cual más adelante produce el desprendimiento del glaciar.

ANTÁRTICA CELOSA




La Antártica demoró millones de años en ser lo que hoy es, con transformaciones geológicas extraordinarias que significó en una deriva hacia el sur y siendo atrapada por ende en el frío más extremo que la hace una placa continental aprisionada por su hielo firme y contundente, que de no existir lo más probable que el continente continúe en su tránsito. De manera curiosa quienes optan por visitar las maravillas del continente blanco se encuentran con dificultades propias de las complejidades logísticas que ello implica, haciendo honor al tiempo tanto en su transformación como en su posición geográfica actual. Los medios de transportes esperan silentes en sus lugares fijos tanto en los puertos como en los aeropuertos. La Antártica y sus dificultades son maravillas a entender y dejar que ella misma contribuya al desarrollo de la tolerancia y paciencia que se requiere para estar en plena disposición para su ingreso, sea para profesionales que conforman equipos logísticos, de mantención y reparación, investigadores y científicos. Mientras escribo esta columna estoy viviendo la intranquilidad de que en cualquier momento se avise que podemos salir hacia el territorio de la magnifica presencia Antártica. Nuestro equipo conformado por personal de la Umag y especialmente de Gaia-Antártica de la misma casa de estudios, esperan ya varios días que nuestros colaboradores y principales socios estratégicos para este programa, Aerolíneas Dap nos comuniquen que están en condiciones de ingresar al continente blanco.
El Tratado Antártico, contempla dentro de su articulado, el uso del medio aéreo; primero con fines pacíficos, después para la observación aérea por parte de los observadores de las partes tratantes; y además considera informar a las otras partes tratantes por adelantado, sobre toda expedición a la Antártica y dentro de ella en que participen sus navíos o aeronaves, y sobre todas las expediciones a la Antártica que se organicen o partan de su territorio. Por otro lado, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), es el organismo que recomienda o regula las responsabilidades y obligaciones a los Estados respecto de la seguridad en las operaciones aéreas, incluyendo los procedimientos que deben aplicar las tripulaciones que vuelan en cualquier parte del mundo, incluyendo la Antártica. Por lo anterior, Chile a través de la Autoridad Aeronáutica representada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), regula y controla el tráfico aéreo que opera desde Punta Arenas hacia el Aeródromo Teniente Marsh, en Base Aérea Presidente Eduardo Frei M de la Fuerza Aérea de Chile en la isla Rey Jorge y viceversa, como asimismo, coordina cualquier sobrevuelo, cruce o aterrizaje de otras aeronaves que no provengan de algún aeródromo ubicado en territorio chileno o que requieran asesoría para dirigirse a otro Aeródromo ubicado en el continente antártico, a objeto de brindar seguridad en su aeronavegación y permitir aterrizaje seguro en su lugar de destino. En el ámbito de Búsqueda y Salvamento Aéreo, el Estado de Chile se encuentra suscrito al Sistema de Rastreo Satelital COSPAS-SARSAT, cuya cobertura cubre Chile continental y el territorio antártico, lo que permite detectar electrónicamente cualquier tipo de baliza de emergencia que se active, detectar su posición y alertar el sistema SAR. 
De ahí la rigurosidad en la que la palabra ultima no la tienen los operadores logísticos sino el ambiente antártico que los obliga a cumplir con las normativas establecidas a nivel internacional.

EL INDOMABLE




Después de su magistral libro dedicado a la conquista del Polo Sur, el dramático duelo entre Amundsen y Scott, Javier Cacho, verdadero experto en estos temas, miembro de la primera expedición española a la Antártica en 1986, y jefe de la base española antártica en varias campañas, regresa con otra obra no menos interesante e igualmente enmarcada por el continente blanco. El protagonista en esta ocasión es Ernest H. Shackleton, un explorador clásico que, a principios del pasado siglo, consiguió despertar pasiones tanto por sus logros como por sus fracasos. El británico sólo pudo aproximarse al Polo Sur durante una de sus expediciones, así que cuando Amundsen se convirtió en el primer hombre en pisar ese punto geográfico, Shackleton desvió su atención hacia otro objetivo aún más ambicioso: cruzar la Antártica de lado a lado, pasando por el Polo. Esta es la iniciativa por la que sería más conocido.

El libro de Javier es una auténtica biografía del héroe, al que muestra en todas aquellas situaciones que dieron forma a su vida y esperanzas. En sus páginas se puede conocer de dónde sacó el niño Shackleton sus inquietudes, cómo logró enfocar su carrera de explorador hacia esos objetivos aparentemente imposibles, cómo se desarrolló su primera expedición (viajó a la Antártica con Scott), incluyendo su decepcionante desenlace, la presentación de sus propias propuestas, las posteriores expediciones, ya como responsable máximo de ellas, los triunfos y epopeyas que se derivaron de ellas, etc.

Shackleton experimentó una de las principales aventuras del siglo XX durante el viaje transantártico del Endurance. Las penalidades sufridas, la pérdida del barco, el largo período de supervivencia heroica, y el rescate final, son descritos con emotivo detalle por Javier Cacho, que se ha esforzado enormemente en darnos no solamente los hechos históricos sino también la parte más humana de aquellos sucesos que pasaron a los anales de la ciencia. Shackleton fue uno de los hombres más famosos de su época, y uno que murió “con las botas puestas”, durante su última expedición. Cacho, a quien se le nota haber disfrutado con este trabajo, realiza un brillante trabajo en mostrar al lector al personaje, al científico, al explorador, a través de 500 páginas plenas de emoción e historia. El libro, que destaca por su documentación, incluye algunas imágenes de archivo, desconocidas entre los no entendidos en la materia, así como mapas que facilitan la comprensión de la dificultad de los viajes emprendidos por el protagonista. 

El británico nunca llegó al Polo Sur, su sueño vital, pero sus esfuerzos por lograrlo configuraron una vida tan o más apasionante que si lo hubiera conseguido. Fue la personificación del individuo atrevido pero a la vez sensato, capaz de renunciar al objetivo final si los peligros para él y sus compañeros se tornaban excesivos, algo que Javier Cacho pondrá de relevancia, como también sus múltiples virtudes como persona, que le convirtieron en un ser excepcional.

ATRAPADOS EN EL HIELO



Los que hemos tenido la fortuna de navegar por los mares australes y cercanos a la Antártica, no dejamos de lado la posibilidad de transportarnos en visiones mágicas del horizonte de aquellas fantásticas y rudas experiencias de navegantes de antaño que ilusionados en la búsqueda de riquezas, fama y reconocimiento, emprendieron la difícil decisión de tomar rumbo a las altas latitudes de los mares australes. Y sobre todo que en estas decisiones implicaba liderar y manejar grupos que eran los que maniobraban dichas naves, algunos llenos de prejuicios escondidos e incertidumbres de lo que les fuera a pasar. En épocas pasadas el afán de aventurarse al descubrimiento y de la exploración era de una estimulación propia de quienes rogaban por reconocimiento y lograr alcanzar posiciones sociales que les permita en el futuro poseer este prestigio que les conceda aún más seguir más allá de sus propios límites.

El próximo 18 de enero de 2015 se cumplen 100 años en el preciso momento que el magnífico Endurance, buque rompehielos diseñado para aventuras y exploraciones polares queda sujeto y atrapado por los hielos antárticos bajo la inquieta mirada de su tripulación y la sigilosa y sabia paciencia de su capitán Ernest Shackleton. En 1914 se daba inicio a la Expedición Imperial Trans-Antártica, también conocida como la Expedición Endurance. Construido en 1912 en Sandefjord, Noruega, y que finalmente se hundió tres años después, atrapado por las placas de hielo del Mar de Weddell, en la Antártica. El mismo Shackleton bautizó el barco tras su adquisición con el nombre de Endurance, por su lema familiar, “Fortitudine vincimus” (Por resistencia vencemos).
En su botadura, el Endurance fue, quizá, la nave construida en madera más resistente, con la posible excepción del Fram, la nave utilizada por Fridtjof Nansen y posteriormente por Roald Amundsen, ambos eximios exploradores Polares. El Fram poseía “plato de fondo” lo que quiere decir que si el hielo lo hubiese apresado, la nave hubiese ascendido por encima del hielo, evitando la presión que hubiese hecho a su alrededor. Pero debido a que el Endurance fue diseñado para navegar en zonas de placas de hielo relativamente sueltas, no fue construido para tener que superar altas presiones.
El objetivo inicial de la misión tuvo que ser abandonado cuando el Endurance quedó atrapado en el hielo cerca de su destino en la Bahía de Vahsel. Con respecto a la posibilidad de liberarse, Shackleton estaba consciente del ejemplo del barco de Wilhelm Filchner, el Deutschland que había quedado bloqueado por el hielo en la misma zona tres años antes. Después de que fallaran los intentos de Filchner de establecer una base en tierra firme en la bahía Vahsel, su barco quedó atrapado el 6 de marzo de1912, a unos 320 kilómetros de la costa de Coats Land. Seis meses más tarde, en la latitud 63°37,’ el barco quedó libre y se dirigió a Georgia del Sur. Una experiencia similar podría permitir al Endurance hacer un segundo intento para llegar a la bahía Vahsel en la próxima primavera antártica. 
En la medida de los acontecimientos de efemérides y en una línea de tiempo daré a conocer a través de esta tribuna los detalles de dicha gesta heroica en que la Armada de Chile tuvo una trascendental participación en los capítulos finales de esta aventura Polar.

jueves, 20 de marzo de 2014

MWONO : Dios de los Hielos

 
Las vivencias cotidianas de los canoeros australes así como también aquellos que preferían habitar el interior de las pampas, manifestaban sus temores y su conocimiento de los entornos más peligrosos como lugares de propiedad de seres mitológicos que con el paso del tiempo se transmitían de generación en generación. Una manera práctica de preservar su población y anticiparse a los peligros. En las zonas heladas de toda la Patagonia y en contacto principalmente con las gélidas aguas del Pacífico, los aborígenes mencionaban la presencia de un ser maligno y que vivía en los hielos eternos de glaciares y montañas nevadas y abruptas, considerado amo y señor de las tierras gélidas se denominaba Mwono. Estar y frecuentar los glaciares por sus características propias del dinamismo que poseen descolgándose en enormes valles y algunos de ellos descansando sus frentes directamente al mar y otros mansamente depositando sus restos en grandes lagos. Los glaciares o mejor dicho el hielo que conforman los glaciares son y serán muy importantes por siempre, es la fuerza por excelencia que moldea nuestro planeta y su presencia o su retiro de grandes extensiones de los continentes en los períodos denominados glaciaciones, han obligado y conducido la misma evolución humana y de todos los seres vivos que la conforman. La presencia de estas grandes extensiones heladas curiosamente nacen de un componente meteorológico suave y frágil como lo es un copo de nieve para posteriormente y por varios procesos de temperatura y presión se convierta en cierta medida en la fuerza más destructiva que exista en nuestro planeta Tierra.
Por estos días y en conjunto con mis amigos del Proyecto “Hidropoética” hemos aproximado las intenciones de intervenir de una manera artística, un llamado del hielo a acercar todo el significado de esta fuerza en llevar la delicadeza del color y del sonido. Varias jornadas ante ambientes rigurosos y siempre prestos entre la penumbra del ocaso y la noche propiamente tal, se conjugaban en un sector del Parque Nacional Torres del Paine, específicamente en las inmediaciones del glaciar Grey, tener esta oportunidad para ensamblar acciones poéticas acompañadas de música y representaciones de colores combinadas con las formas y figuras de los iceberg. En más de una oportunidad se invoca con respeto y se menciona en los escritos proyectados a este supuesto maligno Dios del Hielo, Mwono. Lo insólito fue que el último día de las intervenciones, y gracias al apoyo de Big Foot, empresa que presta servicios turísticos en estas áreas, nos aproximamos al frente del glaciar antes las enormes paredes que la conforman con más de 30 metros de altura. Emocionados en las acciones y esperando la oscuridad de la noche, de pronto y con pocos minutos de exhibición, Mwono se hace presente y nos ofrece su poder bajo la expresión de un gigantesco desprendimiento, que obligó a desarmar todos los equipos y retirarnos de inmediato del lugar. Los componentes de este episodio entre emociones y un poco de susto hemos comprendido las sensaciones de tantos aborígenes que sí tenían claridad absoluta del significado del peligro de acercarse mucho a los glaciares.
Los agradecimientos sinceros por el destacado apoyo de la empresa Vertical, Big Foot y personal de Conaf apostados en el sector del lago Grey, y también a todos las personas jóvenes y no tan jóvenes que acompañaron estas hermosas expresiones de arte en conjunto con un entorno tan propio y nuestro del patrimonio natural que poseemos.

martes, 11 de junio de 2013

OLA DE FRÍO



Esta pequeña historia es invernal, me encontraba siendo niño en las inmediaciones de un lugar conocido en la Patagonia como “Tres Pasos”, la denominación de este lugar deriva de que apareciendo desde la dirección que sea, siempre tienes al frente tres vías que elegir de acuerdo a la ruta que quieras tomar, hermoso valle y distinguido por estar rodeado de cerros altos de la Patagonia como el Cerro Onher, Cerro Ventana, Cerro Campana, Cerro Castillo y Cerro Jorge Montt, por el oriente se perfila la sierra Dorotea en sus vertientes terminales. En estos mismos lugares se encontraba la instalación de un viejo hotel que servía de apoyo, refrigerio y descanso para aquellos aventureros de la Patagonia que en largas jornadas de cabalgata y mordiendo el polvo y los dientes de huracanados vientos se hacían valer ante
 las templanzas de arrieros, ovejeros o simplemente viajeros que vagaban por estas inhóspitas tierras. En mi infancia me deleitaba de todas las manifestaciones de la naturaleza haciéndola un juego avistando juguetonas liebres, escuchando el característico canto del Pitio y clasificar el vuelo de las aves en la intensidad del aleteo.Una corta tarde de invierno y después de un suculento almuerzo y mientras la familia que me acogía quienes eran unos esforzados Tíos que vivían en este maravilloso lugar, escuchaban tanto las noticias 
como los ya conocidos Mensajes en la Patagonia que se refería a los mensajes que gente de la ciudad se comunicaba con los suyos en las estancias y puestos ganaderos a través de curiosos avisos.Entre mensajes y recados se escucha en la radio una noticia importante de la que tanto los Tíos campesinos como a mí, no dejaron de llamar la atención. Recuerdo estar jugando con unos maderos cerca del cajón de leña pero con mi corta edad puse mucha atención. Y la noticia decía lo siguiente, que por encontrarse en las primeras semanas de invierno y por información del centro meteorológico se comunicaba que la región sería abordada por una Ola de frío, en mi pequeña mente la única ola que conocía eran aquellas que existen en el mar y que a veces son grandes o a veces pequeñas, mi curiosidad
 me gana y me dirijo hacia las afueras de la estancia y me ubico en los alambrados cercanos en donde hay un paso por sobre ellos como una escalera….siendo pequeño en estatura quedaba muy bien sentado en el primer peldaño, y me acomodo para disponerme a esperar el cumplimiento de la gran noticia de la Ola de frío…..en mi imaginación y en mi paciente actitud todo indicaba que esperaría algo así como una enorme Ola de mar que cubriría toda la región…..mi corazón agitado de emoción calculaba la distancia que había entre mi cómodo asiento en las escaleras y la puerta de la casa para que cuando aparezca
 la supuesta “ola” alcance a verla y arrancar al refugio de la estancia.

Pasaron varias horas y yo seguía estoico mirando hacia las montañas del oeste que casi como un magnetismo suponía mi instinto a que la Ola de frío llegaría por ese lado. El tiempo ya iba minando mi gran paciencia y es muy probable que la Ola de frío ya había cubierto mi cuerpo manifestándose en mis rojas orejas y una nariz y pómulos morados, muchas ganas de ir al baño y las piernas temblando por la inactividad y por la larga espera…..de pronto pudo más la imaginación de que de mi infantil raciocinio y sobre el Monte Campana se perfila en el cielo enormes nubes tipo cúmulos que asemejaban para ya mi inquieta mirada a unas enormes olas que se movían siempre en lo alto y en dirección hacia la estancia, 
con mi rostro congelado y las manos inertes por el frío tomé la carrera de la salvación, las nubes eran enormes tanto así que sentí que aunque ingresara a la casa estaría inseguro y no encontré nada mejor que meterme debajo de la mesa y esperar la llegada de la monstruosa ola. Mi tío me consulta qué estoy haciendo allí debajo de la mesa y escarchado de frío…..le cuento lo que está sucediendo….pero el tío soportando largar una carcajada me atiende cariñosamente y frotándome las manos y haciéndome recuperar el calor en mi cuerpo me va comentando de qué se trataba la Ola de frío y haciendo mención en que las Olas de frío no se ven como se vería una Ola de mar y al mismo tiempo me indica que mientras me está refregando las manos lo que está haciendo es sacarme la Ola de frío que realmente ya me había envuelto completamente.

sábado, 1 de junio de 2013

PERDIDA DE HIELO, AUMENTO DEL MAR



Una noticia en el ámbito científico que no nos debe dejar sin colocar atención tiene que ver  con que los glaciares en los Andes australes y que corresponden principalmente a nuestra región en conjunto con aquellos de otras regiones del Planeta como los Himalaya en el profundo Oriente  y Alaska, se cuentan entre los que han perdido más hielo en años recientes contribuyendo al aumento del nivel de los mares. Si bien el 99 por ciento del hielo terrestre en el planeta se encuentra en Groenlandia y la Antártica, los otros glaciares del mundo contribuyeron casi tanto con sus aguas provenientes de derretimientos hacia los mares como los de estos dos mantos helados entre 2003 y 2009, según investigaciones recientes.
Las mayores pérdidas de hielo glaciar ocurrieron en el Ártico canadiense, Alaska, las costas de Groenlandia, el sur de los Andes y los Himalaya. Estos  glaciares fuera de los mantos helados de Groenlandia y la Antártica perdieron un promedio de aproximadamente 260.000 millones de toneladas métricas de hielo cada año durante el estudio, causando un aumento de 0,7 milímetros por año en los niveles oceánicos, añadió el estudio. El Campo de Hielo Patagónico Sur en donde se concentran gran parte de los Andes Australes desde donde se descuelgan cientos de glaciares hacia tierras más bajas depositando sus residuos tanto en lagos como en las mismas costas marinas del Pacifico, posee un área total de 13.000 kilómetros cuadrados y es considerada la mayor masa de hielo del hemisferio Sur fuera de la antártica. Posee una longitud de 350 kilómetros entre las latitudes 48º20’ Sur y 51º30’ Sur, con un meridiano central de 73º30’ Oeste, un ancho máximo de 65 Kilómetros, un ancho mínimo de 8 Kilómetros y un ancho medio de 35 Kilómetros. Morfológicamente esta conformado por 48 grandes Glaciares y más de un centenar de pequeños glaciares que fluyen desde la cordillera austral hacia el Pacifico, restando a aquellos que se descuelgan en su camino hacia el Atlántico por territorio argentino. En la zona alta de estos glaciares o zona de acumulación, estos están unidos por un gran campo de hielo principalmente con características en su relieve muy plano denominado “Plateau”, que posee una altura promedio de 1600 metros. A pesar de la gran ablación por derretimiento o desprendimientos (pérdida de masa en su espesor) en los sectores terminales de los glaciares, la enorme masa del Campo de Hielo Patagónico Sur sobrevive y persiste en sus formas y relieves a estas bajas latitudes gracias exclusivamente a las elevadas tasas de acumulación de nieve que recibe la zona cordillerana occidental debido a la continua y persistente presencia del ciclón del Pacifico, manifestado en fuertes vientos que traen mucha humedad desde el Oeste y en su tránsito hacia el Este choca con los contrafuertes cordilleranos y se precipita en las planicies heladas del Plateau. No es menor leer o escuchar a los especialistas hablar del comportamiento de  nuestros campos de hielo en conjunto con los demás mencionados en diferentes partes del planeta y que según sus cálculos científicos actuales pronostican que si se derritiesen todos los glaciares del mundo eso elevaría el nivel del mar en aproximadamente 60 centímetros. Si se derritiera todo el manto de hielo de Groenlandia el nivel del mar subiría unos 6 metros, y si la Antártica perdiese toda su cubierta de hielo los niveles de los mares aumentarían casi 60 metros.