…Desde el fondo del Valle Pingo
veo aproximarse un caballo que a primera vista se apreciaba sin jinete, pero a
medida que se acercaba vi un “bulto” humano tendido en la cabalgadura, se
acerca el equino y veo al Baqueano y lugareño de las profundidades del Valle del Pingo de apellido Medina, pero
más conocido como “Pochongo”, me pide le ayude a bajarse porque según el tenia
algunas costillas rotas, procedo con premura y cuidado a que descienda del
caballo que muy mansamente dejo que se aplique la maniobra, efectivamente tenía
varias fracturas ocasionadas después de una violenta caída del caballo,
perseguido por un vacuno en estado Bagual, este episodio lo viví hace 30 años
atrás cuando tímidamente permanecía como guardaparque en el área del Glaciar Grey. Hoy y como
encargado de seguridad de una exploración organizada por la DPA hacia la vertiente Oeste del Glaciar Grey, navegaba
en una embarcación menor que curiosamente llevaba por nombre “Pochongo”, entre
los objetivos planteados de la exploración, era alcanzar el bosque superior de
los innumerables acantilados de los sectores morrenico del Glaciar Grey, el
peligro más objetivo del área la presencia de vacunos en estado Salvaje,
Baguales. Después de un esfuerzo máximo entre grandes rocas y acarreo extremadamente
suelto conseguimos llegar a lo alto del bosque y en primera instancia en el
suelo había vestigios de fecas de vacunos, y sorprendido por el lugar de dicha
presencia, un bosque enmarañado de ñirres y matorrales muy tupido. La primera
indicación, que hacer en caso de encontrarse con esto salvajes animales, buscar
resguardo en arboles de mayor tamaño y en lo posible trepar, o buscar el
inestable acarreo de piedras que caían en grandes pendientes y que le sería
imposible al animal transitar allí. Muy cautelosos, transitamos por un matorral
muy denso, hasta ver un claro en el bosque fundamentalmente de grandes y
antiguas Lengas que se alzaban al cielo en búsqueda de los cotizados rayos
solares. En dicho trayecto algunos senderos que se indicaban como corredores
naturales siempre por huellas y bostas de vacunos la presencia fresca de los
Baguales. El caminar se hacía casi con temor, siguiendo obligadamente el
sendero que mantenía despejada el área, una quebrada empinada nos lleva a un
sector extraño en donde encontramos vestigios de animales muerto, grandes
costillas, quijadas de vacuno y algunos cuernos, hacía las veces de un
cementerio Bagual. Desde este punto finaliza nuestra exploración en el área
para regresar al refugio de nuestro campamento al pie del Glaciar Grey.
Personalmente agradecido de no haberme encontrado con algunos de estos casi
míticos y salvajes vacunos, viniendo a mi memoria relatos de los primeros
exploradores en la región cuyo interés
aparte de visitar las generosidades de los paisajes, la búsqueda del oro
y la no menor actividad de cacería de
Baguales caballares en primera instancia por las expediciones de Tomas Rogers y
aquel relato de la “masa oscura en suave movimiento” apreciación que hizo de Lady
Florence Dixie, primera turista de la región y de la comarca de Ultima
Esperanza.
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