martes, 27 de noviembre de 2012

CLIMA PATAGÓNICO


Cierta vez descendiendo del Monte Tenerife fui presa de un enloquecido viento que azotaba el filo cumbrero de dicho monte y proveniente desde el Noroeste, sin más asidero que tender mi cuerpo sobre el acarreo típico de este tipo de montañas fui arrastrado por lo menos unos veinte metros sobre las rocas, parecía increíble estar viendo posteriormente ya en el valle, cómo una pareja de caiquenes con su cabeza escondida en su frondoso plumaje y sosteniendo su onírica posición en una sola pata, el viento no las movía ni siquiera en lo más mínimo, como si burlara mi condición vivida en las mismas circunstancias hacía poco tiempo atrás.

En varias oportunidades y en conversaciones con mis pares montañistas del “Norte” siempre otorgo desafiantes invitaciones a que visiten nuestra región Patagónica, pero la respuesta es siempre la misma… “es muy costoso visitar la Patagonia y sobretodo su clima muy adverso para lograr objetivos deportivos o de exploración”…¡¡¡ eso es sólo para Locos…¡¡¡ El tan temido mal tiempo lo produce generalmente la llegada de perturbaciones bajo forma de un brusco descenso de la presión atmosférica. A menudo es tan sorpresivo y rápido que es casi imposible establecer con tiempo suficiente una previsión con el barómetro, por lo menos unas 12 horas, de hecho el descenso de la presión atmosférica anuncia el mal tiempo con pocas horas de antelación.

La principal característica del clima Patagónico se hace presente por los fuertes vientos provenientes del cuadrante occidental, aunque no lo son constantes en esta dirección, prevalecen eso si los vientos del Oeste, este generalmente varía entre los cuadrantes Sur y Noroeste. Los que proceden del Sur son los más fríos pero a menudo están avisando períodos de buen tiempo, los del Oeste y Suroeste (los que nos han envuelto estos días en estas marañas ciclónicas) vienen siempre acompañados de perturbaciones, mientras que los del Noroeste indican tiempo variable y son un poco más cálidos. Hay que reconocer que permanentemente tenemos un centro de Baja Presión que se sitúa entre los 60º y los 50º Latitud Sur, la que atrapa masas de aire frío procedentes de la Antártica y estos haciendo su recorrido por 2000 kilómetros de Océano se cargan de humedad y logran alcanzar las costas continentales desde el Oeste y chocan como en un biombo orográfico conformado por los Andes Australes o Patagónicos, estos contribuyen a las perturbaciones del frente Polar Austral y que están activas en cualquier estación, aunque los vientos siempre son más fuertes entre noviembre y abril, sucede a veces también que en invierno se presenta una calma relativa y que pueden pasar varias semanas sin la presencia de vientos. No está en vano para nuestra población acostumbrar una mirada a nuestros cielos y permitirse hacer lectura de lo que ve y acopiar la información de lo que está sucediendo en ese preciso momento, el hacerlo costumbre antes de salir de casa, del trabajo o de paseo, es preciso saber que aquellas nubes que parecieran plumas gigantes en el cielo traen buen tiempo, pero cuando vemos gigantescas nubes en grandes bloques que parecieran algodones flotantes indican cambios en la presión atmosférica que quizás traigan en las próximas horas una carga de mal tiempo.

En nuestra Patagonia las masas de aire cargadas de humedad se hacen visibles como grandes ondas de movimientos ondulantes. Es preciso que para ser considerado un Patagónico se hace interesante proceder al conocimiento de todas las señales que entrega nuestra naturaleza indómita que es y maravillosa al mismo tiempo, conectarse a tal punto que con solo colocar la nariz al aire podamos descubrir si se nos viene un aire húmedo, un contraste cálido, o un día de mucho viento, para ello se precisa que cada día se ejercite tal sensibilidad y así conformar un todo con el entorno próximo y cumplir con la sinergia que nos permite ser habitantes de esta tierra

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