Me basto darme una
vuelta por la Patagonia turística para tener una visión personal de lo que está
ocurriendo en el ámbito de las actividades que aparentemente se hacen llamar
actividades turísticas ambientalmente sustentables. En primer lugar veremos el
significado del concepto de Ecoturismo el que dice que “es la práctica del
turismo de descanso, ocio, deportivo o educacional desarrollado en áreas
naturales que se utiliza de manera sustentable de los patrimonios naturales y
culturales incentivando a su conservación, promoviendo la formación de
conciencia ambientalista y que garantice el bienestar de las comunidades
involucradas”. Tengo la impresión que en nuestros espacios naturales no se
están dando estos conceptos por la sencilla razón que prima en los servicios
otorgados una vorágine en captar clientes del punto de vista comercial lo que
se traduce en una idea de ganar mas y mas dinero aprovechando las bellezas
naturales de nuestra región perdiendo la óptica de que debiera ser directamente
proporcional lo que se gana conducirla
también en la inversión del recurso humano para la capacitación, la mantención
de los implementos necesarios que ayuden a la preservación de los sitios
visitados, y una constante retroalimentación del significado real y profundo
del cuidado de la Naturaleza ante el masivo impacto de sus visitantes. Pude
apreciar en algunos sitios de acampada como el número de visitantes supera la
carga de impacto en los espacios recomendados para su uso, como se mantienen
las carpas sobre el mismo sitio sin dar la posibilidad de que el suelo pueda
efectuar su proceso normal de fotosíntesis (circulo marcado en el suelo después
del uso de una carpa), al mismo tiempo difícil política la de decidir que en un
Parque Nacional debiera estar prohibido fumar sabiendo los riesgos que eso
significa ante los acontecimientos que aún están frescos en la memoria de
muchos en nuestra región. Las desventajas mas recurrente en este ámbito las señalamos
en los siguientes puntos:
1. El auge del
ecoturismo ha generado en algunas zonas la especulación de las tierras y
cambios de propietarios, algo perjudicial para las poblaciones locales.
2. Las visitas no
controladas a zonas protegidas pueden dañar directa o indirectamente la flora y la fauna. Hay casos en que se les
da de comer a los animales para que los ecoturistas los vean mejor o los
fotografíen, originando problemas en sus costumbres naturales sobre todo cuando
dejen de hacerlo.
3. Algunas veces no
se hacen los estudios suficientes sobre la capacidad de turistas en una zona
para no sobrecargarla y evitar un impacto negativo.
4. Existen limitaciones presupuestarias para planificar,
promover, confeccionar y controlar el ecoturismo.
5. Escasean los
exámenes objetivos y detallados sobre el impacto del ecoturismo, así como
directrices para mejorar o cambiar el rumbo cuando sea necesario para estimular
un ecoturismo más responsable y sostenible.
Nuestra región y
sobre todo sus casas de estudios superiores tienen una gran responsabilidad
para hacerse participes en la formación de guías y profesionales nativos que
entienden mucho mejor de cómo cuidar su propia región y no con lo que está
ocurriendo en que muchos profesionales foráneos vienen solo en búsqueda de
trabajo, aumentar sus ingresos a costa de mínima y casi nula información
ecológica de las propiedades específicas de nuestra Patagonia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario