Nunatak es una definición foránea que significa un afloramiento rocoso rodeado de hielo, en este caso en lo que conocemos como el Nunatak del glaciar Grey, muy emblemático y significativo por estar posicionado casi en la mitad del glaciar compartiendo sus orillas por un lado el lago Grey terminando en su orilla opuesta en los hielos del glaciar Homonimo, la verdad que ya no es el único, hay otras afloraciones rocosas más pequeñas hacia el oeste del glaciar y que se encuentran en pleno desarrollo después de liberarse en sus promontorios más altos de la presencia del hielo.
Toda su estructura de roca sedimentaria que hoy libre al viento y polinización espontánea ha demorado miles de años desde que fue depositada en fondos marinos para luego terminar un ciclo y quedar atrapado bajo los hielos que hoy en día conocemos como parte de los Campos de Hielos patagónicos.
Un paisaje primitivo, una roca que habla de tiempos remotos y que guarda en sus entrañas, extrañas figuras de vida milenaria. En pos del conocimiento, de pronto me bajo de un zodiac y asumo la pendiente desde una puntilla del Nunatak en el lago Grey, absorto de naturaleza prístina dirijo mis pasos hacia la búsqueda de una conexión hacia el glaciar Grey con el propósito de seleccionar el mejor sitio sobre el plateau del glaciar para la instalación de una estación de monitoreo y así conocer aún más el significado de la presencia, evolución y retroceso del glaciar Grey.
En principio no se veía fácil por lo escarpado e inestable del terreno que se exploraba, de hecho se reconoce y a raíz de la erosión provocada por los ciclos de deshielos hace que los Nunataks normalmente posean una configuración anfractuosa y dura en fuerte contraste con la progresivamente erosionada acción glaciaria.
La condición aislada del Nunatak le da un componente especial el encontrarse caminando sobre el mismo, teniendo la sensación de ser el primer ser humano que transita por estos parajes. Una arquitectura particular se presenta ante mi vista exploratoria buscando entre laberintos de roca, pequeñas cascadas y grandes placas la mejor y segura pasada para mi y mis compañeros de ruta.
Desde un Mirador puedo hacer una primera evaluación de la continuidad de nuestro andar, mi primera impresión fue muy decepcionante ya que se alzaba en uno de los márgenes del mismo glaciar unas paredes tanto de hielo por un lado de extremo peligro por la presencia constante de derrumbes y por otro lado se veían en la roca una serie de laberintos que el asumirla prácticamente pasabas a ejercer el conocimiento de la escalada en roca.
El tiempo atmosférico tampoco era de lo mejor con precipitaciones nivosas y poca visibilidad en este punto. Decidimos continuar y aproximarnos concentrados en las paredes de roca, entre diedros, chimeneas y ramplas hasta que encontramos en un tiempo prudente la entrada hacia el mismo glaciar, un paso y ya..¡¡¡ estábamos en el glaciar.
Por su condición aislada en el Nunatak pudimos apreciar sólo como habitantes esporádicos, un grupo grande de Bandurrias que “reían” con su sonido característico sobre la copa de los árboles y entre lagunas escondidas y de hermosos colores a más de una pareja de canquenes interrumpimos su idilio natural de elegir un lugar para la reproducción.
Con curiosidad pudimos observar también la presencia de pequeños arácnidos con segmentos azules en sus patas. Una experiencia significativa para el conocimiento y que resumidamente puedo contar por este medio que me permite trasmitir detalles de un espacio único y prístino como lo es un Nunatak en la Patagonia.
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