jueves, 12 de febrero de 2015

ATRAPADOS EN EL HIELO



Los que hemos tenido la fortuna de navegar por los mares australes y cercanos a la Antártica, no dejamos de lado la posibilidad de transportarnos en visiones mágicas del horizonte de aquellas fantásticas y rudas experiencias de navegantes de antaño que ilusionados en la búsqueda de riquezas, fama y reconocimiento, emprendieron la difícil decisión de tomar rumbo a las altas latitudes de los mares australes. Y sobre todo que en estas decisiones implicaba liderar y manejar grupos que eran los que maniobraban dichas naves, algunos llenos de prejuicios escondidos e incertidumbres de lo que les fuera a pasar. En épocas pasadas el afán de aventurarse al descubrimiento y de la exploración era de una estimulación propia de quienes rogaban por reconocimiento y lograr alcanzar posiciones sociales que les permita en el futuro poseer este prestigio que les conceda aún más seguir más allá de sus propios límites.

El próximo 18 de enero de 2015 se cumplen 100 años en el preciso momento que el magnífico Endurance, buque rompehielos diseñado para aventuras y exploraciones polares queda sujeto y atrapado por los hielos antárticos bajo la inquieta mirada de su tripulación y la sigilosa y sabia paciencia de su capitán Ernest Shackleton. En 1914 se daba inicio a la Expedición Imperial Trans-Antártica, también conocida como la Expedición Endurance. Construido en 1912 en Sandefjord, Noruega, y que finalmente se hundió tres años después, atrapado por las placas de hielo del Mar de Weddell, en la Antártica. El mismo Shackleton bautizó el barco tras su adquisición con el nombre de Endurance, por su lema familiar, “Fortitudine vincimus” (Por resistencia vencemos).
En su botadura, el Endurance fue, quizá, la nave construida en madera más resistente, con la posible excepción del Fram, la nave utilizada por Fridtjof Nansen y posteriormente por Roald Amundsen, ambos eximios exploradores Polares. El Fram poseía “plato de fondo” lo que quiere decir que si el hielo lo hubiese apresado, la nave hubiese ascendido por encima del hielo, evitando la presión que hubiese hecho a su alrededor. Pero debido a que el Endurance fue diseñado para navegar en zonas de placas de hielo relativamente sueltas, no fue construido para tener que superar altas presiones.
El objetivo inicial de la misión tuvo que ser abandonado cuando el Endurance quedó atrapado en el hielo cerca de su destino en la Bahía de Vahsel. Con respecto a la posibilidad de liberarse, Shackleton estaba consciente del ejemplo del barco de Wilhelm Filchner, el Deutschland que había quedado bloqueado por el hielo en la misma zona tres años antes. Después de que fallaran los intentos de Filchner de establecer una base en tierra firme en la bahía Vahsel, su barco quedó atrapado el 6 de marzo de1912, a unos 320 kilómetros de la costa de Coats Land. Seis meses más tarde, en la latitud 63°37,’ el barco quedó libre y se dirigió a Georgia del Sur. Una experiencia similar podría permitir al Endurance hacer un segundo intento para llegar a la bahía Vahsel en la próxima primavera antártica. 
En la medida de los acontecimientos de efemérides y en una línea de tiempo daré a conocer a través de esta tribuna los detalles de dicha gesta heroica en que la Armada de Chile tuvo una trascendental participación en los capítulos finales de esta aventura Polar.

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